¿Alguna vez has ido al Nevado de Toluca, Iztaccíhuatl, Pico de Orizaba o incluso lo alto del Ajusco? Tal vez hayas observado que entre la vegetación de esos lugares destaca una peculiar planta. La podemos encontrar en color verde claro pero es más frecuente verla en tonos cafés que van del oscuro al muy claro. Esa peculiar planta la conocemos como rosa de la montaña o rosa de las nieves.
La Rosa de la montaña (Eryngium monocephalum) tiene raíces carnosas, tallo grueso que alcanza un tamaño entre 55 cm y 120 cm, sus hojas son anchas y con espinas. Crece en alturas superiores a los tres mil metros sobre el nivel del mar y es capaz de soportar temperaturas bajo cero, suelos rocosos y vientos superiores a 60 kilómetros por hora.
Esta bella planta florece cerca de los ocotes blancos o pinos de las alturas (Pinus hartwegii), en las zonas boscosas más altas de México, tales como los volcanes Xinantécatl (Nevado de Toluca), Iztaccíhuatl y Popocatépetl. De allí recibe su nombre rosa de la montaña.
Durante el invierno, cuando la nieve lo cubre todo, parece no tener vida. Pero de julio a octubre florece y ofrece alimento para algunos animales. Es un espectáculo para los visitantes de esas zonas.
Ahora, cada vez que veas esta planta sabrás cómo se llama y lo fuerte que es para sobrevivir a los climas extremos de las altas montañas. Sería genial contemplarla y tomarle algunas fotografías, y obviamente no cortarla, recuerda que en la montaña aplicamos los principios del NDR (No Deje Rastro).